Las características principales de las criptomonedas son:
- Las criptomonedas solo pueden ser gastadas por su dueño y nunca más de una vez.
- Son descentralizadas, lo cual quiere decir que las decisiones no dependen de un ente central, como puede ser un banco o un gobierno, sino que dependen de un mecanismo de consenso de miles de puntos en red.
- Son seguras, porque todas las transacciones quedan registradas dentro de un libro de contabilidad actualizado en tiempo real (la Blockchain), y, al estar distribuida, la información no puede ser modificada por agentes externos, ni desde el interior sin consenso.
- Son finitas. Desde su creación, la masa monetaria es predecible y acotada. Esto las convierte en escasas, con lo que pueden mejorar el poder adquisitivo de sus usuarios con el aumento de la demanda.
- Son internacionales, porque no pertenecen a ningún país, sino que representan la economía del grupo de personas que las utilizan a nivel mundial. Esto las hace ideales para transacciones a lo largo y ancho del globo, y además con muy bajos costes.
- Son rápidas, ya que no dependen de horarios de oficina de entidades financieras. Hablamos de veinticuatro horas los siete días de la semana funcionando ininterrumpidamente sin verse afectas por fines de semana, ni vacaciones…
- Son sin intermediarios, o, lo que es igual, de persona a persona. Esto aumenta su privacidad y elimina interferencias de terceras partes en las transacciones.
- Son en gran medida anónimas y transparentes. La tecnología permite que todo el mundo pueda ver la transacción pero no la identidad de las partes.
Aclarar que no todas las criptomonedas tienen esas características. Algunas, por ejemplo, no son descentralizadas, ni finitas. Algunas son cien por cien anónimas, pero otras sólo lo son en cierto grado. Algunas de ellas son inclusive modelos híbridos con el mundo financiero tradicional, ya que han sido desarrolladas por bancos o empresas privadas.